Latinoamérica vive una expansión histórica en la construcción de centros de datos impulsada por el despliegue del 5G, el crecimiento de la nube y la adopción de inteligencia artificial. Brasil y México lideran la región, mientras Chile, Colombia y Argentina aceleran inversiones para fortalecer su infraestructura industrial digital. Aunque la demanda crece rápidamente, el sector enfrenta retos energéticos, ambientales y regulatorios.
La digitalización industrial en Latinoamérica atraviesa uno de sus momentos más dinámicos. La llegada del 5G, todavía con avances desiguales, está detonando una demanda masiva de procesamiento para aplicaciones como automatización de plantas, sistemas de telemedicina, vehículos conectados y soluciones de ciudades inteligentes. Esta expansión ha acelerado la construcción de centros de datos y regiones cloud en México, Brasil, Chile, Colombia y Argentina, donde las empresas tecnológicas globales están destinando miles de millones de dólares en nuevos complejos.
En este escenario, Brasil se ha posicionado como el líder regional con un portafolio de más de 190 proyectos de data centers, acercándose a los mercados más desarrollados del mundo. Ciudades como São Paulo y Río de Janeiro, así como zonas del nordeste, aprovechan una fuerte infraestructura energética renovable y redes de conectividad internacional. A pesar de ello, los costos operativos siguen siendo un reto debido a impuestos elevados y obstáculos regulatorios. Para atraer más inversiones, el Gobierno brasileño exige que los proyectos utilicen energía limpia y destinen parte de su presupuesto a investigación y desarrollo.
El movimiento más reciente lo protagonizó TikTok, que anunció la construcción de su primer centro de datos en la región, con una inversión cercana a los 38,000 millones de dólares en el complejo industrial de Pecém, Ceará.
En México, el crecimiento se ha concentrado en Querétaro, ya reconocido como el clúster digital más sólido del país y uno de los más relevantes en el continente. Ahí se ubica el 67% de la capacidad instalada nacional, con un inventario que supera los 580 MW y que continúa presionando la capacidad eléctrica de la entidad. Monterrey, Ciudad de México, el Estado de México y Guanajuato empiezan a emerger como nodos alternativos.
El avance de la nube se refleja en inversiones recientes: AWS inauguró la región “Mexico Central” como parte de un plan superior a 5,000 millones de dólares; Microsoft opera desde 2023 la primera región cloud en español en América Latina, mientras que Google continúa ampliando su presencia en territorio mexicano. El sector, sin embargo, insiste en que el país requiere marcos regulatorios claros, permisos más ágiles y acceso garantizado a energías renovables para mantener su atractivo industrial.
Chile, otro de los grandes polos tecnológicos de la región, ya suma más de 30 centros en operación y una cifra similar en proceso de aprobación, alcanzando una capacidad cercana a los 200 MW. El Gobierno impulsa la descentralización hacia regiones como Atacama y Magallanes, pero organizaciones ambientales piden mayor supervisión del consumo energético e hídrico, especialmente por el uso intensivo de sistemas de refrigeración.
En Argentina, aunque existe entre 30% y 40% de capacidad ociosa, expertos coinciden en que el crecimiento de la demanda obligará a modernizar la infraestructura eléctrica, que no ha recibido actualizaciones significativas en décadas. El país cuenta con reservas de gas asociadas a la producción petrolera que pueden utilizarse para alimentar data centers, y tiene una oportunidad para destinar energía nuclear al sector. La futura inversión de 25,000 millones de dólares anunciada por OpenAI presiona a las autoridades a definir cómo se abastecerá la demanda de potencia y quién integrará la cadena industrial local.
Colombia, por su parte, consolida su papel como centro de servicios empresariales. Suma más de 30 centros de datos —la mayoría ubicados en Bogotá— y ha recibido inversiones superiores a los 780 millones de dólares. Además, es el segundo país latinoamericano con más cables submarinos, un factor clave para la baja latencia. Su mercado cloud crece a un ritmo anual superior al 20%, con AWS dominando más de la mitad de la participación.
El país también registra un salto notable en adopción móvil: en 2025 alcanzó 102.5 millones de líneas y más de seis millones de accesos 5G, un incremento de casi 200% en un año.
La aceleración de la inteligencia artificial, especialmente la generativa, ha modificado la ecuación energética. Estas tecnologías requieren centros capaces de procesar grandes volúmenes de cómputo acelerado, GPUs y energía estable. Con nuevas regiones cloud instaladas en América Latina, las latencias se han reducido de rangos de 40–60 milisegundos a apenas 5–15, habilitando servicios en tiempo real para industrias manufactureras, empresas logísticas, instituciones financieras y gobiernos.
A pesar del impulso regional, el sector enfrenta desafíos: altos niveles de consumo eléctrico, presiones crecientes sobre los recursos hídricos, emisiones de carbono y marcos regulatorios desactualizados en varios países. Brasil y Chile llevan ventaja con normativas de sostenibilidad y protección de datos, mientras que otras naciones latinoamericanas aún avanzan lentamente en modernizar sus reglas.
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