Pemex anunció un plan petroquímico que requerirá 30,000 millones de dólares para reducir la dependencia de importaciones, que hoy representan el 77% del consumo nacional. El reto principal será la sobrerregulación del sector, que podría frenar la inversión privada necesaria para garantizar la autosuficiencia y la competitividad industrial.
El sector petroquímico en México enfrenta un reto mayúsculo: Petróleos Mexicanos (Pemex) presentó un plan de largo plazo que requiere hasta 30,000 millones de dólares para modernizar y ampliar su capacidad productiva, con el objetivo de reducir la dependencia de insumos importados. Actualmente, el país consume alrededor de 45,000 millones de dólares en derivados petroquímicos al año, de los cuales un 77% proviene del extranjero.
El proyecto busca incrementar la producción nacional de etileno y otros compuestos esenciales para la cadena industrial, pasando de 175,000 toneladas anuales a un millón de toneladas hacia 2030. Con ello, México podría fortalecer a su industria química, uno de los motores de la manufactura y el sector agroindustrial.
Sin embargo, empresarios y analistas advierten que la sobrerregulación plasmada en la Ley del Sector Hidrocarburos podría desalentar la participación de la iniciativa privada, cuya inversión estimada se ubicaría entre 45,000 y 55,000 millones de dólares en los próximos 15 años. De no resolverse estas barreras, el plan de Pemex corre el riesgo de quedarse corto frente a las necesidades crecientes de la industria nacional.
El futuro del sector petroquímico mexicano se perfila como un punto estratégico para alcanzar mayor autosuficiencia y competitividad global. La clave estará en equilibrar la planeación pública con un marco regulatorio que incentive la colaboración con el capital privado.