Los agricultores mexicanos enfrentan pérdidas ante los bajos precios del maíz y el aumento de los costos de producción. Piden al gobierno federal fijar un precio de garantía de 7 200 pesos por tonelada para evitar el abandono del campo y garantizar la seguridad alimentaria del país. De no recibir respuesta, preparan movilizaciones y bloqueos en distintas regiones agrícolas.
El campo mexicano vive una tensión creciente. Agricultores de estados como Guanajuato, Jalisco, Michoacán y la región del Bajío han lanzado un llamado urgente al gobierno federal para fijar un precio de garantía del maíz de 7 200 pesos por tonelada, advirtiendo que los precios actuales hacen inviable continuar con la siembra.
De acuerdo con los productores, el maíz se está comprando entre 4 800 y 5 000 pesos por tonelada, lo que representa una caída significativa frente a los costos de producción, estimados entre 45 000 y 55 000 pesos por hectárea. La diferencia, aseguran, está dejando al campo sin márgenes de ganancia y amenaza con provocar un abandono masivo de la actividad agrícola.
El problema no solo afecta a los agricultores. La situación del maíz —uno de los granos más importantes de la dieta nacional y base de la industria alimentaria mexicana— pone en riesgo la autosuficiencia alimentaria del país. Si la producción local disminuye, México podría incrementar sus importaciones, generando dependencia externa y mayor vulnerabilidad ante la volatilidad de los precios internacionales.
A la par, los programas de apoyo gubernamental han sido duramente criticados por los productores, quienes denuncian que solo una pequeña fracción logra acceder a los beneficios de los precios de garantía o subsidios actuales. Los productores medianos y grandes, que representan una parte esencial de la producción nacional, han quedado fuera por los límites de hectáreas establecidos en dichos programas.
Los incrementos en fertilizantes, semillas, fumigación y combustibles han elevado los costos operativos, agravando aún más la situación. Además, algunos agricultores están cambiando de cultivos, orientándose hacia productos más rentables como el agave o las berries, lo que podría reducir aún más la superficie dedicada al maíz.
Ante la falta de respuesta, distintos colectivos agrícolas advierten que podrían iniciar bloqueos carreteros y movilizaciones en los próximos días. Estas protestas buscan presionar al gobierno de Claudia Sheinbaum para que convoque a mesas de negociación y establezca una política de precios más equitativa y sostenible.
“Los números no cuadran. Producir maíz ya no deja, y sin apoyo, muchos dejarán el campo. Si el gobierno no interviene, el país dependerá del extranjero para su alimento básico”, señaló un representante de los agricultores del Bajío.
Los productores insisten en que el precio de garantía de 7 200 pesos por tonelada no solo es una exigencia económica, sino una medida de supervivencia para el campo mexicano y la estabilidad de toda la cadena industrial alimentaria.