Este blog está pensado especialmente para quienes están comenzando en el mundo del termoformado. Si estás enfrentando dudas técnicas, desafíos con tus primeras piezas, o simplemente buscas mejorar la calidad y productividad de tu proceso, quiero compartir contigo una historia real —la nuestra— y algunos consejos que pueden ayudarte.
Los inicios de nuestra empresa de termoformado
Mi nombre es Miguel Puig, soy economista, me gradué en 1983, y soy fundador de Tecnología en Lámina Plástica.
Ese mismo año me incorporé a una pequeña empresa de termoformado que apenas iniciaba mi papá. Era un taller artesanal, sin mayor información disponible, sin recursos y, sobre todo, sin conocer gente dispuesta a compartir lo que sabía. Las máquinas nos daban más dolores de cabeza que resultados, y lo poco que aprendíamos era por prueba y error. Afortunadamente, algunas personas generosas nos ayudaron en nuestros primeros pasos.
En esos años, mi papá y yo hacíamos todo: los moldes, los prototipos, las piezas termoformadas, el corte, el suajado, incluso el ruteado… y todo sin conocimientos formales. Fue un camino difícil, pero muy formativo. Mi mamá trabajaba en una empresa de empaques plásticos tipo blister, y fue ella quien nos presentó a un modelista que nos enseñó a hacer moldes de resina poliéster y a fabricar prototipos. Lo hacíamos todo con herramientas básicas: taladros, sierras de cinta, lijadoras, mesas para fresado. Aprendimos bajo presión.
Recuerdo bien esos primeros trabajos: aceptábamos anticipos sin la certeza de poder entregar a tiempo, tratábamos con empresas reconocidas sin tener ninguna garantía de que el resultado saliera bien. No se olvida. Pero poco a poco, con la experiencia acumulada, aprendimos a fabricar moldes, termoformas y a controlar todo el proceso.
El descubrimiento de la extrusión de lámina plástica
En 1999 dimos un paso importante: nos metimos al mundo de la extrusión de dado plano para fabricar lámina plástica. Fue gracias a la asesoría de dos expertos que nos ayudaron a elegir y poner en marcha un equipo usado, de origen norteamericano. En cuestión de meses ya estábamos fabricando nuestro propio material termoformable. Esta vez ya teníamos experiencia, conocíamos el mercado y, de hecho, teníamos pedidos antes de terminar la instalación.
Con los años, fuimos especializándonos en la extrusión de láminas conductivas y disipativas ESD para el manejo de piezas electrónicas. Adoptamos una política clara: invertir en investigación y desarrollo para ofrecer materiales confiables, de alta calidad y que realmente resuelvan las necesidades del cliente final.
Hoy, aunque el termoformado ya no es el núcleo principal del negocio, sigue siendo una parte importante de nuestro proceso, especialmente como soporte en el desarrollo de nuevos productos y para validar el control de calidad.
Más adelante, compartiré varios aprendizajes técnicos que nos han funcionado a lo largo del tiempo, como cómo evitar el adelgazamiento de las piezas, mejorar su resistencia mecánica, diseñar y usar retacadores o empujadores, entender el efecto de la falta o exceso de calor, detectar y prevenir fugas de vacío, calcular los costos con base en el peso y tipo de material, así como recomendaciones sobre el enfriamiento de moldes, entre otros temas.
Después de 42 años fabricando piezas termoformadas en Tecnología en Lámina Plástica, aprendimos soluciones prácticas y eficaces, y creemos que compartir este conocimiento puede ser de valor para otros.
Para cerrar este primer artículo, quiero dejarte con una pregunta: ¿Es el termoformado un arte o una ciencia? Lo abordaremos más adelante. Te invitamos a contactarnos aquí.
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