Nissan confirmó que mantendrá su producción en México pese a los aranceles del 25 % en EE. UU. La automotriz ajustará su estrategia comercial para evitar frenar ventas, aunque suspendió pedidos de algunos modelos Infiniti y cerrará la planta CIVAC en Morelos como parte de su plan de reestructuración global. México seguirá siendo estratégico dentro de sus operaciones para Norteamérica.
La industria automotriz mexicana atraviesa un momento decisivo: Nissan ha anunciado que mantendrá sus operaciones en el país pese a los nuevos aranceles de 25 % impuestos por Estados Unidos a los vehículos y autopartes producidos en México. La compañía japonesa aseguró que no reducirá su capacidad instalada, aunque admitió que el reto será absorber el incremento de costos sin frenar el ritmo de ventas.
De acuerdo con directivos de la marca, la estrategia se centrará en ajustes comerciales y logísticos para mitigar los efectos inmediatos. Rodrigo Centeno, director general de Nissan Mexicana, subrayó que el compromiso con el país permanece intacto y descartó una reubicación de plantas en el corto plazo. “Tenemos el pedal a fondo”, puntualizó.
No obstante, la empresa se ha visto obligada a realizar movimientos tácticos: entre ellos, la suspensión temporal de pedidos de las camionetas Infiniti QX50 y QX55, producidas en Aguascalientes y destinadas al mercado estadounidense. Según estimaciones internas, los modelos de bajo costo como Versa podrían encarecerse entre un 10 % y 15 % en EE. UU., un impacto que golpea directamente a consumidores de clase media y baja.
En paralelo, Nissan avanza en una reestructuración global denominada “Re:Nissan”, que incluye la clausura gradual de la planta CIVAC, en Morelos, cuya producción será trasladada a los complejos de Aguascalientes. El cierre afectará a más de 2,400 trabajadores y forma parte de un plan mayor para reducir la capacidad productiva internacional, tras pérdidas financieras que en el primer trimestre fiscal ascendieron a 780 millones de dólares.
Aun con este escenario adverso, la compañía ratificó que México seguirá siendo una pieza clave dentro de su estrategia de manufactura para Norteamérica, sobre todo por su cercanía con el mercado estadounidense y la creciente tendencia de nearshoring.